Iniciarse en el sector inmobiliario
9 min
En breve
Empezar en el sector inmobiliario significa desarrollar tus habilidades y adoptar la estrategia adecuada para tener éxito. El mundo es totalmente nuevo y hay que aprender a manejarlo lo mejor posible. He aquí algunos consejos que te ayudarán a lanzar tu nueva carrera sin contratiempos.
¿Cuáles son las diferentes profesiones inmobiliarias?
Ante todo, es importante precisar que el sector inmobiliario engloba varias profesiones diferentes. Aunque todas forman parte del mismo sector, no siempre están relacionadas.
He aquí las principales especializaciones del sector inmobiliario:
- Asesores inmobiliarios: estos profesionales trabajan para propietarios que desean vender o alquilar un inmueble, o para personas que desean invertir en una vivienda o buscan alquilarla
- Asesor inmobiliario independiente: este profesional desempeña funciones muy similares a las de un asesor inmobiliario. Sin embargo, su estatus difiere en varios aspectos.
- Administrador de bienes: este profesional se encarga de la gestión del alquiler de los bienes de los propietarios que prefieren no ocuparse ellos mismos
- Tasador inmobiliario: este profesional se ocupa de la venta, el alquiler, la donación, la división o incluso la herencia de los bienes de sus clientes
- Asesor inmobiliario comercial: con sus conocimientos técnicos, trabaja con inversores o promotores para realizar estudios de rentabilidad o encontrar financiación
- Promotor inmobiliario: este profesional pone en marcha promociones inmobiliarias en sectores muy diversos (oficinas, hoteles, viviendas, locales comerciales, etc.). Busca terrenos, analiza los planos elaborados por los arquitectos y prepara los pliegos de condiciones para encontrar empresas dispuestas a levantar los edificios.
¿Qué se necesita para empezar con buen pie en el negocio inmobiliario?
Para empezar con buen pie en la profesión inmobiliaria, hay una serie de requisitos previos.
Elegir tu especialidad
En primer lugar, para empezar con buen pie en el sector inmobiliario, debes elegir tu especialidad. Como ya hemos explicado, existen decenas de profesiones diferentes en el sector inmobiliario. Además, no siempre están relacionadas. Te corresponde a ti hacer balance de tus preferencias, para poder orientar tu carrera y seguir la formación adecuada.
También debes tener en cuenta que algunas profesiones requieren que montes tu propio negocio. Por ejemplo, mientras que los asesores y negociadores inmobiliarios pueden trabajar para una agencia inmobiliaria, los agentes de la propiedad son siempre autónomos. Asegçurate de conocer estas especificidades para no equivocarte.
Formación
El siguiente paso es adquirir la formación adecuada. Antes de iniciarte en la actividad inmobiliaria, debes conocer bien el sector y las distintas normativas vigentes.
Por supuesto, si tienes una formación inicial en empresariales y quieres convertirte en sesor inmobiliario, tendrás cierta facilidad para vender inmuebles. Sin embargo, necesitarás tener ciertos conocimientos jurídicos si quieres realizar las transacciones correctamente.
Contar con la formación adecuada te evitará fracasos. En SAFTI, los asesores inmobiliarios cuentan con un completo programa de iniciación de tres meses, seguido de formación continua a lo largo de toda su carrera, así como con el apoyo personalizado de asesores expertos y una línea telefónica de atención comercial exclusiva.
Ármate con herramientas de alto rendimiento
Trabajar en el sector inmobiliario también significa utilizar herramientas de alto rendimiento adaptadas a tu actividad. Así que, opta por herramientas especialmente diseñadas para profesionales inmobiliarios. Deben permitirte optimizar tu tiempo y maximizar tu rentabilidad, sobre todo si te dedicas a la compraventa de inmuebles.
En principio, una herramienta de alto rendimiento debe permitirte:
- Introducir tus mandatos de forma rápida y completa
- Gestionar tus contactos, etc.
Desarrollar tu reputación local
En la mayoría de los casos, trabajar en el sector inmobiliario implica realizar prospecciones para crear una base de clientes. Por eso, es esencial desarrollar tu reputación local, sobre todo cuando estás empezando.
Para ello, trabaja a través de distintos canales y activa tu red personal. Por ejemplo, pide a tus conocidos que te pongan en contacto con clientes potenciales. Comunica tu nuevo negocio, explicando lo que haces y cómo puedes ayudar a tus futuros clientes.
Acuérdate de desarrollar tu presencia en las distintas redes sociales, que son especialmente eficaces para difundir ampliamente la información.
Selección de propiedades y/o clientes en los que centrarse
Por último, es fundamental centrarse en un tipo de propiedad que puedas ofrecer en función de la demanda de la zona en la que trabajes. Esto va de la mano con la selección de clientes específicos a los que puedas dirigirte y que probablemente estén interesados en lo que ofreces. Pueden ser compradores primerizos o inversores.
Una vez que hayas hecho una primera selección, podrás afinar tu discurso y centrarte en los argumentos que mejor funcionan con este tipo de cliente.
¿Qué cualidades se necesitan para empezar con buen pie en el sector inmobiliario?
Para trabajar en el sector inmobiliario, hay que tener ciertas cualidades esenciales.
Las dotes comerciales y la capacidad para hacer propuestas son esenciales, sobre todo en sectores en los que la negociación está a la orden del día. También hay que ser perseverante. Empezar en el sector inmobiliario y encontrar los primeros clientes no siempre es fácil. Pero la clave del éxito suele estar en tu tenacidad y constancia.
Saber comunicar y saber escuchar también es esencial. El sector inmobiliario es un negocio de personas, y en el 90% de los casos tratarás con clientes que necesitan consejos, tranquilidad y que tendrán preguntas que hacerte.
Por último, trabajar en el sector inmobiliario también significa interesarte por los demás y mostrar empatía hacia los clientes. Es importante escuchar ellos, sus necesidades, deseos y limitaciones, para poder ofrecerles la oferta que mejor se adapte a su perfil.
Por último, hay que ser organizado para poder gestionar todas las tareas a la vez.